INGREDIENTES:
* 2 Planchas de Hojaldre congelado (250 gr. cada plancha).
* De 4 a 6 cucharadas de miel.
* Más de medio vaso de agua.
* Dos cucharadas de azúcar.
* Un chorrito de zumo de limón.
UTENSILIOS:
* Una bandeja de horno.
* Papel vegetal o de horno (varios pliegos).
* Un descorazonador o bien un cuchillo muy afilado.
* Una brocha (de silicona o de cerdas).
* Sartén o cacerola con las paredes altas.
PREPARACIÓN:
1) Sacamos las planchas de hojaldre del congelador, y las ponemos en la encimera hasta que se descongelen. Mientras tanto, encendemos el horno y lo ponemos entre 180 - 200º.
2) Cuando ya se hayan descongelado, abrimos las planchas (como vemos en la imagen) lentamente para que no se rompan.
4) Con la ayuda de un descorazonador de manzana o con un cuchillo muy afilado, hacemos los típicos boquetitos en el centro de los cuadraditos de una de las planchas, y retiramos la masa de hojaldre del centro. Como vemos en la siguiente fotografía.
5) Colocas un pliego de papel de horno en la bandeja. Comienza colocando un cuadradito de hojaldre sin boquete, luego con la ayuda de una brocha, la mojamos en agua y humedecemos el cuadradito. Luego colocamos encima el cuadradito con el boquete. Y así vamos repitiendo la acción con respeto a los demás cuadraditos.
6) Ahora, metemos los hojaldres en el horno, y lo horneamos entre 10 a 15 minutos. La duración depende de cada horno. Siempre digo que es mejor vigilar de vez en cuando, para que no se queme, ya que cada uno conoce la potencia del horno que utiliza. Os tienen que quedar dorados.
7) Una vez tenemos todos los hojaldres listos, comenzamos con el almíbar. Echa en la cacerola la miel, el agua, el azúcar y un chorrito de limón, y la ponemos a fuego fuerte, y removemos. Cuando empiece a hervir, echa de uno en uno los hojaldres y déjalos unos 15 segundos, los retiras y los pones en una fuente. Si observas que se va caramelizando el almíbar, incorpora un poco más de agua en la mezcla. Ya solo queda emplatar ¡Y listo! :)
Por cierto, a mí me salieron 20 pastelitos. Son ideales para desayunar, merendar, o para cuando quieras jejeje. Están riquísimos.